Ya me leyeron las cartas, ¿qué hago?
El Mago del True Black Tarot, Edición Naldo Crow©2022
Cuando solicitamos una consulta o lectura del Tarot abrimos puertas a cientos de posibilidades. Nos permite ver las opciones en el multiverso de las decisiones. En ellas se reflejan los acontecimientos que son el producto de nuestros actos y las posibles alternativas para producir cambios. Para muchos es una alternativa de estar en aviso de lo que viene, pero, ¿qué se hace con toda esa información?
Lo primero que podemos analizar es que cuando estamos consultando el Tarot, estamos buscando respuestas a nuestras preguntas. Se abre un canal que conecta con nuestro subconsciente y con las líneas temporales, en el caso de un Tarot Predictivo. Este proceso se debe tomar con calma y analizarse profundamente. Una de las primeras cosas que debes preguntarte es, «¿qué quiero saber?» Luego debes proceder por contestarte, «¿para qué lo quiero saber?»
¿Qué harás con lo que ahora sabes?
Como tarotista interpretamos las recomendaciones que se pueden presentar en las cartas según su simbolismo. Esto son herramientas para que el consultante le quede claro que es dueño de su destino y que tiene la libertad de cambiar las situaciones que se prevé. Como ingeniero y arquitecto de tu vida, se espera que utilices todas tus herramientas para producir una gran obra. Así luego de la lectura el consultante procede a abandonar la mesa.
¿Y ahora qué?
Una vez has recibido las recomendaciones y advertencias o los análisis de eventos e introspección sobre problemas, el primer paso que debes tener en cuanta pos-consulta es meditar sobre todo lo que se discutió.
Eres dueño de tu vida y es solo una, por lo que ninguna decisión debe ser tomada a la ligera. Debes hacer un alto a todo y hacer introspección sobre cada tema, las probabilidades y análisis de eventos que se proyectó en el Tarot. Debes sentarte y montar todas las piezas del rompecabezas que se te dió.
En mi carácter personal me fascina el consultante que toma nota de sus lecturas, porque puede sentarse con calma a meditar en soledad. Cuando estás en la mesa no siempre te sentirás cómodo analizando todo porque estás ante un extraño y estamos tan ansiosos que muchos detalles pueden no tomarse en consideración.
Lo segundo que puedes hacer luego de la consulta es observar con detenimiento las herramientas que se te dieron. ¿Estas recomendaciones te tienen sentido?
Este proceso puede ser un poco largo y significativo porque debes abalizar la credibilidad de tu Tarotista y qué tipo de «background» posee.
Hablemos del Tarotista…
Como intérprete del Tarot debe de ser neutral, ético y cuidadoso con lo que se dice y cómo se dice. También debe tener conocimiento sobre lo que habla y recomienda. En este aspecto me pongo un poco técnico. El Tarotista debe tener preparación acorde al tipo de servicio que da. Muchos no son psicólogos ni consejeros, por lo que deben cuidarse de la dualidad en el ejercicio de su profesión.
Volvamos…
Ahora bien, se espera que, por último, tomes en consideración los resultados de tu lectura para realizar los ajustes necesarios. Cuando acudes a la consulta es porque necesitas una ayuda y tienes la disposición de recibirla. No solamente complacerás tu curiosidad, sino que tomarás en consideración las advertencias que el Tarot ha dado y aplicarás las recomendaciones para el cambio.
Luego de una lectura de cartas debes realizar los cambios pertinentes para mejorar aquellos aspectos que no se proyectan como favorables.
Debes tomar acción.
Lo peor que puedes hacer es sentarte a ver como todo pasa. Como Tarotista es excelente que el consultante nos diga «todo pasó exactamente como me dijiste». Claro, alimenta nuestra credibilidad. Pero prefiero que el consultante tome en cuenta las recomendaciones y pueda evitar aquellas de las que se previó opciones.
Ahora bien, ¿qué piensas hacer con lo que ya sabes?
Espero que ahora tengas una idea clara de que la consulta no termina cuando se recogen las cartas sino, con tu acción luego de la consulta.
Tarot
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A este nivel has adquirido una consciencia mayor. Ya sabes que cosas no funcionarán, que no conviene y qué ajustes debes realizar. ¡Manos a la obra!
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